En el marco del día de la mujer, entrevistamos a Luciana Sánchez, oriunda de la Banda del Rio Salí que viajó a Brasil para participar de un voluntariado a través del proyecto “GIRA MUNDO” de la O.N.G CAJUN, perteneciente a ese país.
La joven abogada relató su paso como
voluntaria e invitó a que todos los que puedan realicen estas vivencias por son
experiencias “muy gratificante y de alto nivel de aprendizaje”. Ella encaró este proyecto que surgió por el motivo de
contribuir y ayudar desde su lugar a la sociedad de otro país.
Así las cosas, pudo formar un buen equipo
de trabajo, además de que la recibieron con cariño y respeto, lo cual hizo que
su experiencia allí fuera aún más satisfactoria. Trabajaba en una favela de
Jaburu (ubicada en la ciudad de Vittoria), desde las 9 am hasta las 16 pm con
niños de diferentes edades, desde 6 hasta 15 años, mostrando su cultura
argentina y ayudándolos a que tengan una mirada positiva al futuro a partir de
distintas actividades recreativas coordinadas con el personal de la ONG.
Luciana cuenta que vio notables
diferencias en cuanto a nuestra cultura. Con respecto a la gastronomía, Brasil
tiene una gran variedad de frutas y verduras que incluso no tenemos la suerte
de tener en nuestro país, o no son fácil de conseguir en cualquier mercado. Están acostumbrados a mezclar todo, sus
comidas típicas son muy diferentes a la nuestras y a casi todo le ponen arroz.
Además se podía apreciar un lugar muy
organizado y más limpio, con muchas campañas de reciclaje y cuidado del medio
ambiente dignas de imitar: “Son muy diferentes pero hermosas culturas ambas,
nos tocó compartir con personas muy educadas, amables, predispuestas a conocer
nuestra cultura y hablar nuestro idioma. Es maravilloso ver como todos podíamos
crecer al mismo tiempo"
La gente del lugar le brindó gran ayuda para aprender desde lo más básico
del idioma hasta distintas expresiones que usan cotidianamente. Afirma que el
equipo tuvo gran predisposición y eso hizo que todo sea mucho más fácil y
aprenda a comunicarse tranquilamente ya que no dominaba del todo el idioma
portugués.
Al ser consultada por la dificultades que
tuvo a la hora de tomar la decisión de emprender un viaje sin compañía, a pesar
de la difícil situación por la que están atravesando las mujeres, asegura que
no le fue sencillo animarse a viajar sola a otro país donde además manejan otro
idioma.
“Tuve la suerte de rodearme de mujeres
valientes, aventureras, independientes que fortalecen más el coraje para
realizar estas experiencias. A pesar de tener una mezcla de culturas
latinoamericanas en su mayoría, todas compartíamos la necesidad de protegernos,
avisar con un mensaje si llegamos bien, incluso los varones también aportaban
desde su lugar y conscientes del horrible momento que se vive actualmente”
Finaliza aconsejando que no se debe dejar
que el miedo nos paralice, hay que seguir viviendo y acompañar en la lucha de
muchas organizaciones para reclamar por nuestros derechos y pedir que esto deje
de suceder.
Fuente: Abogados Tucumán
